el sábado pensé mucho en ti
en tu barba partida, en tus lunares
en el asiento de atrás
y en la camisa de rayitas azules que tanto me chocaba
en el agua cristalina y
en las cosas que no pudieron ser
dos días después
despierto
y me doy cuenta que todas esas lágrimas
todo ese sentimiento que creía
haber guardado para ti
era tan sólo
producto de mi imaginación
del bajo nivel de serotonina que me provoca
el síndrome premenstrual
y de los contados días en que suelo perder el glamour