que te quedes conmigo por que quieres yo no te quito tu libertad; puedes hacer lo que te dé tu regalada gana por que a mí definitivamente cualquier cosa que hagas no me interesa, ni me va ni me viene. Es más, ándale, vete ya de una vez... no me avises dónde estás; pero márcame cuando llegues, que luego no puedo dormir del pendiente oyendo las patrullas y pensando no sé que cosas, conociendo a tus amigotes… bola de chiflados coquetos. No, no estoy celosa y por favor no me agarres la mano y quita esa mirada libidinosa por que luego me emociono y me prendo y pues sí, ya sé que te tienes que ir. Yo sólo quería verte, estar contigo, darte un abrazo; pero no te importo. No te interesa dejarme tres días sin venir a verme, extrañándote, me siento como apendejada. ¿Por qué tengo que empezar siempre yo? ¿Por qué tengo que ser yo la de la iniciativa? si tan sólo te quisiera menos...
Si escupes por que escupes si no escupes por que no escupes. Tú pones todo lo que está de tu parte; pero no entiendes absolutamente nada; sólo me miras tejer esa madeja de contradicciones que te van envolviendo en mis propias idas y vueltas. Diga lo que diga y haga lo que haga sabes que tú eres el rey; mi amor por ti es más grande de lo que jamás hubieras imaginado. Paciencia, hombre, ya pasará... las reconciliaciones siempre serán mejores y... más ricas.
