Visita a la casa con sala de cuarzos multicolores y
biblioteca con hojas y pergaminos de oro.
El sonido de los cascabeles, el ritmo de la pandereta y
los cánticos en sánscrito por fin pudieron despertar su alma.
Sin saber por qué cerró sus ojos, se dejó llevar y
de pronto se sintió como en casa.
El humo negro se convirtió en rayo de luz
y ella pudo nadar libremente en esa gran cascada de agua cristalina.
“¿Y por qué yo?” preguntó sonriendo.
Agradeció a la vida por ese maravilloso e inolvidable instante.
Prometió volver luego... quiere permanecer despierta.
Y yo me pregunto: ¿a costa de qué?